ENTREVISTAS CON LOS PARTICIPANTES Y COLABORADORES DE LAS XVIIIJBA: Julio Alonso-Arévalo
Julio Alonso-Arevalo.
Universidad de
Salamanca. Facultad de Traducción y Documentación
En un lugar inédito hasta la fecha, y en continua evolución. Durante siglos la gente ha tenido una imagen del bibliotecario muy simple, era “quien prestaba libros”. Con el desarrollo ¿de la información digital y las redes hemos cobrado relevancia en nuestras organizaciones, yo llevo 25 años en la profesión y nunca me he sentido tan valorado, demandado y reconocido por mis usuarios, en muchas ocasiones te encuentras que los docentes, investigadores y alumnos desean que les asesores en cómo mejorar su visibilidad, el impacto de sus publicaciones, que les enseñes a trabajar con desarrollos y herramientas como son gestores de referencias, o aplicaciones de lectura e investigación, además de solicitar información bibliográfica. Es decir cumplimos con la labor de ser personal de apoyo a la docencia y la investigación. Esto tiene que ver con que la profesión es muy rica en lo que se han denominado “competencias transversales” es decir esos conocimientos que necesita cualquier persona para aprovechar mejor todas las oportunidades que nos ofrece la sociedad de la información y el conocimiento. Con la incorporación o reformulación de lo que se ha denominado “Alfabetización informacional” como uno de los ejes de la biblioteca, siendo el bibliotecario en este contexto la piedra angular del sistema. Por lo que soy muy optimista en torno a nuestra profesión, ya que esto nos convierte en aquello que Ortega llamo “una necesidad social” en su famoso discurso recogido en el “libro de las misiones”
¿Qué
destacarías para los profesionales de nuestro sector, que nos deparan los
tiempos presentes y venideros?
Los tiempos presentes nos
están enfrentando a importantes exigencias, hace no tantos años un
bibliotecario podía hacer todo que se hacía en la biblioteca, ahora cada vez
más hay una tendencia del profesional a especializarse en un ámbito determinado,
entre otras cuestiones porque la necesidad de conocimientos es cada vez mayor. Hace
poco aparecía un artículo en el blog de la biblioteca universitaria de
Princeton que hablaba de bibliotecarios
conservadores y bibliotecarios liberales, y esto es lo que encuentras muy
amenudeo, profesionales que se enrocan en aquellos principios que durante
siglos han dado esencia a la profesión, pero en todo ello hay una
particularidad, que es que el entorno de la información ha cambiado, y no se
puede seguir haciendo lo mismo, ni justificando nuestra tarea únicamente en el
hecho de describir documentos, hemos de evolucionar migrar a estas nuevas
exigencias, sabemos que ahora mismo, según pone de manifiesto un informe de
JISC que el 80% de las personas que inician una investigación ya no la llevan a
cabo acudiendo a la biblioteca como primer recurso informativo, si no que el
primer lugar acuden a buscar información en Internet. A este respecto en este
mes de julio apareció un informe que se
titulaba “Nos
encanta la Biblioteca, pero vivimos en la Web” una encuesta realizada a más
de 4.000 usuarios de siete grandes bibliotecas universitarias en el Reino Unido
que trataba de hacerse eco de cuáles son
los principales retos a cumplir por parte de las bibliotecas en función de las
expectativas de los usuarios, Los resultados son inequívocos y sugieren que las
bibliotecas pueden satisfacer más y mejor las necesidades de sus usuarios
mediante la inclusión de todo tipo de recursos a través de una sola fuente de
descubrimiento que sea eficaz; además de proporcionar flujos de trabajo más
directos orientados a la investigación electrónica; la habilitación de
funciones sociales; y capacitar a los usuarios en el uso de aplicaciones. En
conclusión, lo que nos dice este estudio es que las bibliotecas deben
aprovechar la oportunidad de atraer a los usuarios a través de un entorno más
amplio como es el espacio web. Por lo tanto la comunidad bibliotecaria tiene
que” tomar el pulso “a su base de usuarios con el fin de mantener un alto nivel
de servicio, y respecto al futuro y con lo cambiante que todo el contexto de la
información es difícilmente previsible, lo que hace necesario que los profesionales
estemos atentos y abiertos a las nuevas tendencias en el ámbito de la
información.
Por todos es asumido ya el valor social de las
bibliotecas, pero ¿cual crees que es el verdadero valor de nuestra
profesión para la sociedad actual?
El valor del profesional
es esencial, yo diría que es el factor crítico de éxito de ese valor. Al igual
que la web 2.0 se apoya en programas y desarrollos informáticos que facilitan
que nos podamos comunicar a través de redes sociales, pero sin embargo el valor
fundamental de una red social reside en las personas que desean expresarse, contar
o que les cuenten algo, participar, escuchar y ser escuchados en una
conversación global; el valor fundamental –aunque sí muy importante- de la
biblioteca ahora mismo ya no son precisamente las colecciones como se pensó
durante mucho tiempo, el factor catalizador de todo este proceso que ya estaba
en marcha ha sido la digitalización de contenidos, ahora la biblioteca más que
un almacén de libros se convierte en un lugar de concurrencia y de experiencias
para su comunidad, y quienes ponen en valor esas experiencias son precisamente
los profesionales que trabajan en ellas que son capaces de conectar a las
personas. En palabras de Halley Rich la biblioteca
de hoy tiene que ver más con lo que hacemos por la gente que con lo que
tenemos. Y en este marco el profesional de la biblioteca es quien construye
relaciones y capacita a los usuarios en la formación y/o les orienta acerca de
los recursos digitales que tienen a su disposición, por eso se puede afirmar
sin duda a equivocarse que es quien hoy por hoy proporciona un mayor valor a la
biblioteca. Ahora que este muy de moda la cocina y nos encontramos programas de
cocina en todas las cadenas de televisión, recurro a unas palabras de Cassie
Guthrie directora de la Greece Public Library “Creo que la biblioteca del
presente se parece más a una cocina, mientras que en los tiempos pasados la
biblioteca era más una tienda de comestibles” y el cocinero mayor es el
bibliotecario añadiría yo.
¿Qué crees que aportas a las Jornadas Bibliotecarias
de Andalucía?
Desde la mayor de las
humildades de este bibliotecario -que lo es de profesión y convicción-, espero
y deseo aportar ante todo y sobre todo la ilusión y el amor por el trabajo que
hago día a día, en este tarea de ser un poco un “bibliotecario de
bibliotecarios”; y además aportar la experiencia de una persona que tienen una
enorme curiosidad por casi todas las cosas que tienen que ver con la profesión,
la imagen social, los retos profesionales, los nuevos modelos de lectura, las
herramientas de gestión de contenidos, el papel de la alfabetización, el
futuro… Como muchos conocéis empecé a trabajar en un modelo de información hace
20 años cundo creamos la lista de Información InfoDOC, que nació a la par de
IWETEL, y que hoy tienen unos 7000 suscriptores, desde esta pretendíamos crear
una canal de comunicación de información profesional, después orientamos todo
esto al mundo de las redes sociales, ahora mismo hemos sido capaces de conectar
a una comunidad de más de 120.000 personas a través de los distintos grupos de
interés profesional, y como creador y dinamizador de esta estrategia cada día
intento estar informado de todo aquello que concurre en nuestro mundo, y esto
lo hago a través de nuestro Blog
“Universo abierto” que cada día recibe una media de unas 1000 visitas, además cada
día se retuitean y comparten en Facebook
cientos de veces muchos de nuestros post, y para mi es un orgullo haber podido
tener la atención del público, por eso estoy enormemente agradecido a nuestra
base de usuarios. Y por eso creo que puedo compartir al menos un poco de
conocimiento al resto de colegas.
¿Granada y la Facultad de Comunicación y
Documentación de al UGR, lugar perfecto para hablar de la profesión y del
futuro?
Desde luego, el entorno
es inigualable, más aún para un admirador de escritores como Lorca, Niebla,
Luis García Montero o Antonio Muñoz Molina que leo y leí con avidez, y por los
que en sus escritos ha discurrido tantas veces la esencia de esa mágica ciudad.
La Facultad de Comunicación y Documentación, entonces Escuela
de Biblioteconomía fue la segunda que impartió en España conocimientos
profesionales, además algunos de los profesores de esa facultad o formados en
aquella ciudad fueron profesores míos en Salamanca, José Antonio Cordón o
Emilio Delgado, que además de admirados colegas son amigos, y muchos de los
profesionales e investigadores que también mediante sus escritos o en reuniones
profesionales me aportaron su
conocimiento, y a quienes espero poder saludar estos días con un fuerte
y cariñoso abrazo.
¿Cuál es tu opinión de la labor desarrollada por la
Asociación Andaluza de Bibliotecarios?
Creo que históricamente,
y también por su cercanía con la Facultad de Información y Comunicación ha sido
y es una de las mejores y más dinámica asociaciones profesionales a nivel
regional y nacional, su medio de comunicación el “Boletín de la AAB” es
referencia profesional para muchos de los que ahora nos dedicamos a aportar
conocimientos a las nuevas generaciones de profesionales. Además siempre ha
desarrollado su actividad formativa y asociativa que ha contribuido a la
valoración de nuestra profesión, y eso es un legado al que debemos de otorgar un
importante reconocimiento.
¿Qué le dirías al resto de los profesionales
andaluces para que compartan con nosotros nuestras Jornadas?
Sobre todo les diría que
ahora es el momento exacto y más adecuado para sentarnos en torno a una mesa para
hablar de que hacemos, como lo hacemos, cuales son las tendencias de futuro de
la profesión y compartir estas experiencias, por ello es seguro que entre unos
y otros encontremos puntos de convergencia y las Jornadas nos aportaran a todos herramientas
conceptuales e instrumentales que nos van a ser de gran utilidad y
aplicabilidad en nuestra tarea profesional diaria y marcaran las líneas a seguir
en el futuro, ya que en el contexto actual se está produciendo un reposicionamiento del profesional de la
biblioteca como un recurso educativo más al servicio de una comunidad cada vez más
interconectada y esto es lo que mejor y con mayor precisión describirá el
trabajo del profesional de la biblioteca en el futuro, y muchas de estas ideas
serán debatidas estos días en Granada, sin olvidarnos de dar un paseo al
atardecer hasta el Mirador de San Nicolás, caminar por el Paseo de los Tristes
o compartir nuestros puntos de vista con la cercanía que proporciona tomar unas
cañas y unas tapas. Así que ánimo y nos vemos en Granada.!!!!!
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