Entrevista a los invitados a las I Jornadas Técnicas de Bibliotecas: Jesús López Lucas
Jesús López Lucas.
Universidad de Salamanca.
Documentalista CRAI
Inteligencia emocional en bibliotecas,
¿qué te sugiere esta frase?.
En mi opinión cuando hablamos de inteligencia emocional en bibliotecas
nos referimos al conjunto de habilidades
sociales y personales que nos permiten expresar nuestras emociones y entender
las de los demás con el fin de guiar nuestro comportamiento personal y
profesional.
Creo que tener inteligencia emocional en las bibliotecas suponer tener,
aprender y cultivar una serie de cualidades personales como la iniciativa, la
empatía, la adaptabilidad o la capacidad de persuasión y la automotivación entre otras, que nos permitirán ofrecer un servicio de
calidad con un alto grado de
satisfacción personal y de nuestros usuarios.
Hablar de inteligencia emocional en bibliotecas es también una actitud
en el trabajo, por un lado el componente
cognitivo de la biblioteca considerándola como una organización
multidimensional y cambiante que aporta diferentes saberes. Si nos referimos al
componente afectivo es un lugar de encuentro de afectos: simpatía, cordialidad
y amabilidad. Esto lleva a que el
componente conductual o comportamental del personal de biblioteca será el de respeto a todos los usuarios con
sus diferencias, empatía para mejorar la ayuda que podamos dar, adaptativos a
los cambios de todo tipo.
La inteligencia emocional es el trabajo diario, los retos, los
imprevistos, la espontaneidad, la inmediatez, la resolución de conflictos, la
resolución de imprevistos, lo no programado, solucionar el problema del alumno
que no ha devuelto los libros y los sigue necesitando, consolar y hablar con el
compañero que tiene un mal día, saber pedir silencio al grupo que habla,
explicar a los responsables la necesidades de mejoras y lo positivo que será
para la institución, observar si un estudiante está mal y llevarlo a tu
despacho para ver en que le puede ayudar, escuchar las quejas, sentarte en la
sala de lectura como un usuario mas a observar que sucede y como se comportan
los usuarios. Es saber guiar en las necesidades informativas de cada persona, es ayudar a los compañeros de otros servicios, es
colaborar en todas las actividades, de todos los colectivos, etc.
En definitiva todo lo relacionado con la inteligencia emocional en las
bibliotecas podemos decir que son los sentimiento y emociones que aparecen
diariamente en ese espacio llamado biblioteca. Son la “chispa de la
biblioteca”.
¿Cree que los bibliotecarios están
preparados para responder a las nuevas demandas de los usuarios, fruto de
la situación actual del país?, ¿Será nuestra respuesta positiva hacia los
usuarios?.
La situación actual del país no es muy diferente a la de otros momentos
históricos, según la encuesta del CIS de febrero de 2014 lo que más preocupa a
los españoles es el desempleo, la corrupción, la economía, la clase política,
sanidad, educación, recortes y desahucios.
Y pienso que las bibliotecas con inteligencia emocional no van a
solucionar los problemas del país, pero si que pueden ayudar a mejorar la
situación y ejemplos de esto lo tenemos en diferentes bibliotecas. En lo que
respecta al desempleo muchas
bibliotecas ayudan mediante enlaces a ofertas de empleo especializadas, la
formación en competencias informacionales
AFIN, etc
Ante la impresión de corrupción en
el sector público y privado lo que podemos hacer en la biblioteca es ofrecer
una imagen de honestidad (en la calidad de nuestro trabajo, transparencia en la
contabilidad, optimización de recursos públicos). La formación básica y
especializada pretende fundamentalmente
el uso de forma óptima de los recursos adquiridos por la institución.
La economía y los recortes, nuestro usuarios tienen que
percibir nuestros esfuerzos en la optimización de recursos (envío de
información por correo electrónico, uso responsable de los materiales,
reutilización de papel, cuidado de los espacios, etc.
Ante los desahucios y otros
problemas sociales, lo principal es la sensibilización y compromiso que
podemos realizar desde nuestros lugares de trabajo y cada biblioteca lo puede
mirar desde su óptica: Se pueden divulgar artículos sobre secuelas psicológicas
que producen las situaciones de desahucio, protocolos de intervención en crisis
ante los desahucios, cifras de suicidios, legislación, cómo afecta a los niños,
etc. Se trata de ser sensibles ante las diferentes realidades sociales que
envuelven las bibliotecas.
Si los usuarios perciben sensibilidad hacia sus problemas y necesidades,
compromiso y cercanía en nuestras respuestas, tendremos su aceptación.
¿Qué beneficios traerá la inteligencia
emocional a los bibliotecarios?, ¿Lo podremos aplicar en nuestra labor
diaria?.
Utilizar a diario la inteligencia emocional tiene
múltiples beneficios en todas las áreas de nuestra vida y no se puede desligar.
Se tiene o no se tiene y tampoco se puede anular en determinadas esferas de lo
cotidiano.
En este sentido, en nuestra área laboral “las
bibliotecas”, la inteligencia emocional, se asocia a cualidades curriculares
que todos buscamos en un trabajador, como son: rasgos altamente requeridos en
cualquier currículo competente, como es el caso de la automotivación o
motivación intrínseca, quizá en el caso del empleo público la cualidad más
importante para nosotros y sobre todo para las instituciones. Este tipo de
motivación es la que nos lleva a emprender, a buscar la novedad, a plantearnos
nuevos retos, a ampliara nuestras capacidades y a una exploración y aprendizaje
continuo.
Algunas investigaciones relacionan esa motivación
intrínseca con el aumento de la autoestima y
la satisfacción personal. En lo que respecta a las instituciones se
relaciona con desempeñar una tarea con éxito, rendir más y mejor en definitiva
conseguir la excelencia.
A los bibliotecarios creo que además de lo expuesto
con anterioridad le ayudará a expresar mejor sus sentimientos comprender los de
los demás, a tener mayor autocontrol, a ser más independiente, proactivo,
optimista, es capaz de realizar sus sueños en su lugar de trabajo, no se
lamenta constantemente ya que canaliza sus energía hacia nuevos retos
positivos.
En lo que respecta a la salud creo que es
positivo para evitar la ansiedad y
estrés que pudiéramos tener en nuestro trabajo.
Y para mi uno de los componentes de la inteligencia emocional que más
creo que influyen en los beneficios para el bibliotecario es la empatía. Nos permitirá llegar todos los días
optimistas a la biblioteca, porque vamos a realizar una gran labor (vamos a
ayudar a personas). Vamos a escuchar, a ponernos en su lugar, a aprender con
los otros, etc.
Sin inteligencia emocional el trabajo sería algo mecánico, poco
motivador y difícil de soportar durante mucho tiempo.
Al pensar en los bibliotecarios, ¿Cómo
ve su labor en el tejido social de las poblaciones?.
Por mi experiencia, creo que es difícil pensar en un bibliotecario
estándar y cada unos tenemos una imagen más o menos positiva, que hemos
configurado por nuestra experiencia personal.
El cambio debe empezar por las distribuciones de los espacios en las bibliotecas,
los bibliotecarios deben estar en las entradas de las bibliotecas deben tener
el contacto inicial con los usuarios, ayudando y guiando en sus necesidades
informaciones u de otro tipo.
Los puestos en las bibliotecas todos deben ser de la máxima cualificación
ya que si no es así, lleva a que se
proyecte una imagen del bibliotecario que no corresponde con la real, en la
mayoría de las bibliotecas nadie sabe quien es el bibliotecario.
Lo que está claro que si configuramos la imagen social del bibliotecario
como la persona que está en una biblioteca pública o universitaria leyendo,
realizando el préstamo, pidiendo carnés, mandando callar, tranquilos y poco competitivos, poco o nada tendremos que
hacer en el futuro de esta sociedad cambiante y como mucho tendremos un cartel
en una oficina.
Pero si presentamos nuestras
bibliotecas como espacios abiertos a las diferentes realidades de nuestra
sociedad, si ofertamos servicios en función de las necesidades de diferentes
grupos, si nos esforzamos en tener buena comunicación, empatía y actitud
positiva tendremos un hueco en la sociedad.
Si además tenemos presencia en las redes sociales, colaboramos y
ayudamos en las escuelas, institutos, residencias, asociaciones, ONGs, es decir
nos comprometemos y mostramos las bibliotecas como un espacio social, nos harán un sitio y nos permitirán sentarnos
a su lado.
Si conseguimos que los ciudadanos vea a los bibliotecarios como la parte
activa de la biblioteca donde se
expresan y defienden valores democráticos, confianza, autenticidad, fiabilidad,
honestidad, honradez, transparencia y compromiso social, nos verán como un
valor positivo.
Y si nos asociamos, tenemos presencia en los medios de comunicación, si
participamos más en la vida pública y realizamos campañas de imagen, cambiarán
las actitudes y por tanto la imagen que proyectamos en la sociedad.
¿Espera una participación activa en las
Jornadas?.
Creo que si, ya que la
Inteligencia emocional va mas allá del trabajo técnico de los
bibliotecarios, es como aparece en la información de las jornadas ver la parte
mas humana de las biblioteca, lo que nos motiva, conocer los sentimientos
nuestros y los de los demás.
Creo que además debe ser activa ya que de las experiencias de todos
podemos aprender.
¿Qué
expectativas tiene frente a la celebración de las Jornadas Técnicas de
Bibliotecas, centradas en la temática de la inteligencia emocional?.
Espero fundamentalmente aprender, conocer otras realidades, salir de mi
entorno para conocer y comprender otras realidades bibliotecarias.
También estas jornadas sirven para cargar pilas y motivarse para
trabajar en experiencias nuevas que hemos conocido en el contacto con otros
compañeros.
Y por último poder transmitir
durante estos días que aparecerán informaciones en los medios de comunicación y
redes sociales, que las bibliotecas son lugares abiertos, actuales, que se
adaptan a todas las realidades personales,
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